martes, 8 de enero de 2008

LA REVOLUCION DEMOCRATICA QUE QUEREMOS.

La patria no se vende: se defiende, es la frase con que Andrés Manuel López Obrador, el Presidente Legitimo de México, concluye la III Asamblea Nacional Democrática y hace un llamado a defender los hidrocarburos y la industria nacional ante la embestida de la derecha por privatizarlo de facto sin modificar la Constitución, violentando todo principio constitucionalista de construcción de normas y leyes en este país.

Hoy nos corresponde mirar hacia arriba, poner en alto el ejemplo de los próceres de nuestra patria. Consolidar la esperanza de millones de mexicanos que están en el olvido y el abandono, la marginación y la pobreza. Nuestra lucha emprende con los de abajo, pero responsabiliza a los de arriba; nuestra causa evoca el sentimiento d las mayorías pero exige el compromiso de las minorías a cambiar de rumbo y obedecer el mandato ciudadano por un país justo y solidario.

Hemos de explicar aquí que los movimientos sociales, campesinos, obreros, sindicales, estudiantiles, populares y democráticos no tienen verdadera efectividad sino cambian al sistema político e influyen en las decisiones políticas de manera profunda y en contraste, si la lucha política electoral no es acompañada del movimiento social no tiene razón de ser, ni sustancia por que luchar. Como bien lo señalaba Mao: el criterio de la verdad no puede ser otro que la practica social
[1].

A principios de siglo se combatía al Porfiriato, época a la que nos pretenden regresar, y desde entonces el nacionalismo revolucionario que sentó las exigencias sociales en la Constitución de 1917, puso de manifiesto el rumbo y el carácter de nación que tendríamos que adquirir en el futuro. Como vimos a lo largo de muchos sexenios desde el maximato con Calles hasta Zedillo, la revolución “institucionalizada” engendró una especie de oligarquía retornando a las viejas familias que en un momento combatieron la revolución y ahora volvieron como tecnócratas criados en Norteamérica.

Además de saber que traicionaron los principios de la Revolución de 1910, dejaron en el camino un país devastado, endeudado, confrontado y empobrecido. Es por ello que para calmar a los intelectuales orgánicos y a la opinión publica internacional, permitieron la alternancia pactada entre los mismos oligarcas encabezados por Fox (el traidor a la democracia) y que a toda costa como lo analizamos y vivimos el 2 de julio, é, Salinas y otros cuantos, arrebataron el triunfo electoral al pueblo, dejando a la deriva la insipiente y supuesta democracia con el fraude mas elaborado en nuestra historia moderna.

Como hemos sabido el Partido de la Revolución pero Democrática, ha intentado recuperar lo que la historia cada vez más nos recuerda y que ahora más que nunca están vigentes: los principios sociales y políticos que dieron origen a la Revolución más progresista del siglo XX. Estos postulados han sido bandera de un nuevo movimiento como la CND, y ha reivindicado la lucha de muchos movimientos sociales de actualidad tanto indígenas como populares.

Sin embargo desde 1989 cuando se funda el PRD, surgido de una enorme movilización social, éste ha perdido cada vez más sus postulados fundacionales, se ha alejado del movimiento y de la base militante y su elite ha perdido el rumbo para responder efectivamente a una actualidad imperante, dinámica y peligrosa. En lugar de esto, se han evocado a pragmatizarse, a reciclar liderazgos de otros partidos y han cejado su lucha social por la electoral, con el argumento de que un Partido es para conquistar espacios políticos y ganar elecciones.

Ciertamente puede a algunos convencerles tal argumento, a mi no, ya que como antes dije sin una causa social justa no tiene caso una lucha política y la lucha electoral no tiene razón de ser sin una lucha social que es la que la avala y como hemos visto ahora, la legitima. Es por ello que el día de hoy hacemos un fuerte llamado a toda la militancia y los simpatizantes, que además son los mas nobles, por que a pesar de los pesares, siguen al lado de nosotros y respaldan con sensatez la insensatez de la cabeza partidaria.

Hay que decirlo, parafraseando a López Obrador, el pueblo de México es un pueblo noble, trabajador y franco. Esto nos permite hoy reunirnos no solo para saludar las voluntades, sino para hacerlas realidad y ponerlas en practica. Hay que decirlo, el modelo de país impuesto esta agotado, caduco y descompuesto, nos lo demostraron con pervertir a una de las instituciones mas importantes de último lustro del siglo XX, el IFE, en la que materializamos prácticamente la teoría de la democracia electoral y dimos cauce institucional a una exigencia social: la democracia.

Sin embargo, los que ahora simulan y evocan con sus actos a Santa Ana, han corrompido la nobleza de un instrumento democrático, que debería ser el medio no para saber solo quien ocupará un cargo de elección popular, sino para materializar la esperanza de los mas desposeídos y cambiar de tajo, con certidumbre, equidad, imparcialidad, legalidad y transparencia, a todas nuestras instituciones.

Es por ello que Marx decía en su época: hoy día todos saben que donde quiera que se produce una convulsión revolucionaria, tiene que haber en el fondo alguna necesidad social que instituciones gastadas impiden satisfacer… Todo intento de represión por la fuerza no hará sino ponerla de manifiesto cada vez con mas vigor hasta que rompa sus cadenas
[2]. Estas palabras hoy recuperan vigencia, en el entendido cabal de nuestra lucha pacifica y de resistencia civil, pero con firmeza y arrojo en nuestras convicciones, como dijera Juárez: nada por la fuerza, todo por la paz, la ley y la razón.

Así, la revolución democrática ha de evolucionar a esas instituciones gastadas, ha de emprender una progreso de conciencias y ha de concretar los ideales de la revolución de Zapata, Villa, Obregón y Madero. Sin embargo, con las dificultades propias, debemos ser razonables y congruentes con nuestro actuar y pensar.

El día de hoy, hemos de discutir que pretendemos para nuestra institución política que hoy por hoy recupera su espíritu constitucional: es un instrumento de la sociedad. Es decir el medio por el cual los ciudadanos acceden a los cargos públicos, con un programa, ideología y principios básicos. Sin embargo quien llega con la membresía, como el caso de los gobernadores, se les ha olvidado el agravio que 15 millones de mexicanos sufrimos por la derecha con el robo y la usurpación de la Presidencia de la Republica.

En este contexto, no podemos ignorar que el PRD esta excesivamente fragmentado, sin dejar de lado, que la definición de partido político es que representa “una parte de la sociedad”, es decir, ya somos de por sí una de las partes de la sociedad, sin embargo esta parte esta a su vez fraccionada en muchas mas. Algunos podrán argumentar el pluralismo de ideas para que las llamadas corrientes existan, sin embargo, no hay que olvidar que el Congreso Nacional del PRD ya definió su línea, programa y principios políticos, de cómo debe funcionar y a que debe ceñir su lucha política, social y electoral. Es claro, conciso y preciso, no hay razón para confundirse.

Los movimientos ideológicos que mas que eso son pragmáticos, han limitado el carácter de izquierda y recientemente socialista del Partido (como lo determino el XI Congreso Nacional), han contribuido a la confusión ya de por sí impuesta por nuestros adversarios y han puesto entre dicho nuestra convicción progresista nacional y de izquierda, en aras de una “izquierda moderna” que claudica en las concertaciones y negociaciones ignominiosas en tiempos tan complejos como los que vivimos.

El agravio del fraude es inaceptable y el problema de semántica como lo han querido acomplejar, de llamar al usurpador como Presidente, ha puesto a todos los ojos mexicanos la evidente división interna ya anunciada, acaso nuestros gobernadores, no así el Jefe de Gobierno, no pueden llamar al usurpador administrador nacional o titular del ejecutivo en lugar de reconocerlo tácitamente. Es semántica o es ineptitud ideológica y política.

Esto es el reflejo mas claro del rumbo de partido al que queremos revolucionar. Me pregunto: ¿Cómo podemos hacer una revolución democrática al país, sino nos hemos hecho una revolución ideológica consecuente al interior del partido?, piensan muy al contrario como nos educó el Presidente Juárez: la política y la función publica es el arte de servir a los demás. Y lo que muchos representantes populares emanados de la “izquierda” se han servido a sí mismos y han traicionado no solo los ideales, sino al pueblo esperanzado, evocando así la misma traición que provoca la derecha.

No de gratis, en diversas ocasiones, cada vez que ganamos un distrito o una presidencia municipal o una gubernatura, por mal gobierno, perdemos la elección en el periodo inmediato. Además de disputar de manera primitiva los espacios del partido y las candidaturas, perdiendo el espirita de compañerismo y dejando a los oponentes sin oportunidad alguna, hay pluralidad en reconocer al usurpador, pero no hay pluralidad en los espacios del propio partido, el sentido de inclusión cuando es una victoria legitima es el triunfo no solo del partido, de militancia organizada, sino de la misma sociedad que aun cree en nosotros.

Compañeras y compañeros, nuestra tarea es vital para rescatar los principios partidistas, pero titánica ante una dirigencia febril y practicas fraudulentas, gasteriles y corporativas. Debemos empezar como en 1988, o de antes como sucedía con los viejos militantes de izquierdas socialistas o comunistas, picando piedra como coloquialmente decimos. La adversidad ante una burocracia que administra listas plurinominales y pierde elecciones, no puede ser mayor a nuestra persistencia, convicciones, arrojo, valentía y congruencia ante lo que la nación demanda: un PRD de izquierda, consecuente, unido y fortalecido ante los traidores a la patria.

Nuestro objetivo es mayúsculo que la adversidad interna, nuestros oponentes y los verdaderos traidores del pueblo están realmente afuera del PRD, pero no dejemos que sigan alimentando a los de adentro con flaquezas ideológicas y con intereses ilegítimos de un movimiento social que dio origen a nuestro partido y los 664 perredistas muertos a lo largo de nuestra vida partidaria, que nunca, nunca debemos olvidar.
Amigos y amigas:

Espero y con esto concluyo, que la historia no nos juzgue como incapaces, faltos de valor y fortaleza patriota. Ojala seamos capaces de influir radicalmente (desde la raíz) en este proceso interno, por que en la medida que el PRD le sirva a la sociedad y los mas desposeídos, este país tendrá mas esperanza y verá mas pronto que tarde la venida de un país justo, digno y progresista, entonces avizoraremos la democracia ya y la patria para todos que siempre pregonamos.

Seamos cada uno, desde trinchera que nos fue dada, para la patria un soldado que en cada hijo nos dio. Defendamos nuestro presente para que proyectemos un mejor futuro, la patria y nuestros hijos bien lo merecen, como dijeran en mi tierra y en aquella organización que me vio nacer: luchando unidos: venceremos
[1].

Combativamente
[1] Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI), lema de la organización.
[1] Cinco Tesis Filosóficas de Mao Zedong, Beijín China 1985.
[2] Julio Jobet, Los Fundamentos del marxismo, México 1978.

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